Semana Santa – Viena

Día 38. Tarde de Domingo de Pascua en Viena

Después de Bratislava, el mismo día, fuimos a Viena a pasar la tarde, y tengo que decir que es de las ciudades más bonitas que he visto nunca. Todo está lleno de edificios enormes, preciosos. Y además se ve que están mejor conservados que en otras ciudades, porque estaban limpios y blancos. Había tantas cosas que ver que si pongo una foto de cada una reviento el servidor.

Ayuntamiento
Palacio Belvedere
Iglesia Mariahilf
Iglesia de San Carlos Borromeo
Plaza de Hofburg

Además, lo mejor es que casi todo lo importante está cerca, así que vimos un montón de cosas en poco tiempo. Lo único malo es que es una ciudad cara y hay muchísimos turistas y a mí eso me agobia un poco…

Me ha llamado la atención que muchas estatuas, edificios o fuentes de las ciudades centroeuropeas tienen detalles dorados. Lo he buscado y, por lo visto, es típico de la arquitectura de esta zona, del barroco centroeuropeo o el historicismo, donde se usaba el dorado para transmitir poder, riqueza o prestigio. Creo que en los siguientes ejemplos se ve bien lo que quiero decir.

Y hoy, lunes, hemos vuelto por fin a Múnich después de este viaje. Me ha encantado todo lo que hemos visto y vivido, y ojalá podamos volver a visitar algunos sitios más durante estos meses… Ya os iré contando.

Semana Santa – Bratislava

Día 38. Mañana de Domingo de Pascua en Bratislava

El domingo de madrugada, sobre las 4 de la mañana, llegamos a Viena desde Praga. Planeábamos emplear todo el día en visitar la ciudad, pero como era muy temprano decidimos coger un tren y pasar la mañana en Bratislava.

La verdad es que me sorprendió lo pequeña que es la ciudad. Me la imaginaba más grande, con más sitios interesantes, pero parece más un pueblo que una capital. La mayoría de los edificios son casas bajas y no había mucha gente, lo que le da un ambiente muy tranquilo, y eso me gusta.

Iglesia de San Miguel
Castillo de Bratislava
Iglesia Calvinista

No encontramos muchas cosas interesantes que ver, solo un par de catedrales y el castillo, pero no por eso me dejó de gustar. Tiene su encanto, es acogedora y la falta de turistas la hace muy tranquila. Además, te encuentras con muchas estatuas curiosas y secretos, un poco como Praga, pero en una versión más pequeña.

De camino al castillo nos encontramos con un local que me pareció súper curioso. Se llama Mackafe y es una cafetería con gatos. Están por ahí sueltos, te vienen, se te acurrucan… No llegamos a entrar, pero me habría encantado, además no había casi nadie dentro, así que el momento habría sido perfecto.

Semana Santa – Praga

Día 37 – Sábado Santo en Praga

Por la mañana cogimos el tren desde Pilsen a Praga y pasamos el día ahí. La ciudad es de las más preciosas que he visto, sobre todo arquitectónicamente.

Basílica de San Pedro
Estación Central
Iglesia de San Galo
Torre de la Pólvora
Puente de Carlos
Iglesia de Týn

Pero lo que más me gusta es que tiene detallitos escondidos. Aparte de lo típico del centro de la ciudad, hay cosas curiosas como una estatua de un caballo al revés, la cabeza de Kafka que gira cada hora, estatuas raras, las casas danzantes… Y seguro que muchas más cosas que no nos habrá dado tiempo a ver.

Caballo de Wenceslao
Reloj Astronómico
Cabeza de Franz Kafka

Tiene muchas cosas que ver y hemos intentado verlas todas, pero un día es demasiado poco tiempo si quieres ver todo y además entrar en cada sitio.

Semana Santa – Pilsen

Día 36 – Viernes Santo en Pilsen

Este viernes fuimos a Pilsen, o Plzeň en checo, que es una ciudad de República Checa. Aunque en teoría es la cuarta más grande del país, es bastante pequeña y tranquila. La verdad es que no tiene nada especial, pero me pareció una ciudad bonita, con edificios de colores. Pero estaba vacía de gente, seguramente por el día nublado que hacía.

Sinagoga Española
Catedral de San Bartholomew
Ayuntamiento del siglo XV
Fuente dorada de la plaza
Iglesia de San Juan

Pasamos la noche en un hostal de por allí y aprovechamos para probar algunos postres típicos de la zona en una cafetería que quedaba cerca.

Semana 5 (parte 2)

Día 31. Allianz Arena

Hoy fuimos a ver el Allianz Arena, que es el estadio del Bayern de Múnich. Por fuera es bastante bonito, y por las noches cuando hay partido se ilumina de rojo.

Aunque, la verdad, no soy muy de fútbol y tampoco me interesa especialmente este equipo, así que no entré a ver el interior del estadio.

Día 33. Maximilianstraße

Hoy en el trabajo hemos estado instalando un equipo de grabación en el salón de actos, para que puedan retransmitir por Zoom los eventos, charlas o talleres que organicen. Hemos estado probando cámaras, micrófonos, altavoces… Y aunque no sea del todo informática, me ha parecido muy entretenido y he aprendido bastante de audiovisuales.

Al salir del trabajo, fuimos a acompañar a un compañero a comprar unas cosas y pasamos por Maximilianstraße, una calle enorme llena de tiendas de ropa y accesorios de lujo. Hay muchas tiendas caras juntas como Balenciaga, Gucci o Versace y mucha gente elegante con dinero.

A mí me recuerda un poco a la calle Serrano de Madrid, ya que las dos son calles largas en el centro de la ciudad y con prácticamente las mismas tiendas.

Museo del Bayern y recorrido por el Allianz Arena

Uno de los planes que más ganas tenía de hacer desde que llegué a Múnich era visitar el Allianz Arena y el museo del Bayern Múnich, y por fin lo hice. La verdad, si eres fan del fútbol, es una experiencia súper interesante y vale mucho la pena.

Empezamos por el Museo del Bayern, que está justo dentro del estadio. Está muy bien montado y te cuenta toda la historia del club desde su fundación en 1900. Hay un montón de información sobre los jugadores que marcaron época, los momentos históricos del club, las copas ganadas y hasta el palmarés de las otras secciones deportivas del club (como baloncesto o fútbol femenino). Ver todas las Champions y trofeos juntos impresiona bastante. Al final del recorrido te ponen un documental de unos 13 minutos que repasa la historia del club de forma muy emotiva.

Después hicimos el Arena Tour, que te lleva a recorrer el estadio por dentro. El guía nos explicó un montón de detalles sobre la construcción del estadio, cómo funciona el sistema de iluminación exterior que cambia de color según el evento, y también los precios de las entradas dependiendo de la zona en la que te sientes.

En una parte del recorrido nos dejaron gritar dentro del estadio para comprobar su acústica, y sí es verdad es que retumba un montón. Luego fuimos a la zona donde se sientan los familiares de los jugadores, un sitio más tranquilo y con buena vista. Después conocimos la sala de prensa, que es donde hacen las ruedas de prensa después de los partidos, y de ahí pasamos a lo mejor: los vestuarios del equipo con las camisetas colgadas y el kit completo para jugadores como Kimmich, Müller y Neuer.

Y para cerrar con broche de oro, hicimos el recorrido por el túnel de salida al campo con la música de la Champions sonando de fondo. Fue una pasada caminar por ahí como si fueras uno de los jugadores antes de un partido importante. Una vez en el campo, nos sentamos en la zona de los suplentes y tengo que decir que esas sillas son las más cómodas que he probado en mi vida. Se nota que están hechas para estar ahí concentrado durante 90 minutos o más.

La única espinita que me quedó fue que no lo pude ver iluminado por fuera de noche, porque eso sí que es algo especial. Pero bueno, eso queda pendiente para otro día.

Regensburg

Este fin de semana decidimos hacer una escapada a Regensburg, una ciudad al este de Baviera. Fuimos en tren regional desde Múnich y el viaje duró alrededor de una hora y media. Al llegar, empezamos explorando el centro histórico, que está súper bien conservado y tiene ese aire medieval que hace que parezca que estás caminando en otra época.

Una de las primeras cosas que vimos fue el Antiguo Ayuntamiento (Altes Rathaus), un edificio bastante imponente con una fachada típica bávara. Desde ahí, seguimos hacia la Catedral de San Pedro (Dom St. Peter), que está justo en el centro y es impresionante por fuera y por dentro, con su arquitectura gótica bien marcada.

Después pasamos por la famosa Porta Praetoria, una antigua puerta romana que se dice que fue cruzada por Marco Aurelio durante el Imperio Romano. Y pensar que estás caminando por los mismos lugares que personas de hace más de mil años.

Luego caminamos hasta el río Danubio (Donau), que atraviesa la ciudad, y desde allí vimos el Steinerne Brücke (Puente de Piedra), uno de los puentes medievales más antiguos de Alemania. Las vistas desde ahí son muy bonitas, con el agua, los edificios antiguos y los barquitos cruzando.

Por la tarde, nos aventuramos un poco fuera de la ciudad para visitar el Walhalla, que era uno de los lugares que más me llamaban la atención. Está ubicado sobre una colina a orillas del Danubio y para llegar hay que tomar un autobús o coche (en nuestro caso, un bus desde la estación principal). El sitio es espectacular: es un templo estilo griego con columnas enormes que se parece al Partenón de Atenas, pero dedicado a figuras importantes de la historia alemana.

Dentro del Walhalla hay bustos y estatuas de personajes históricos como científicos, escritores, músicos, políticos, etc. Me pareció súper interesante y también impresionante por la forma en la que está construido. Desde arriba, las vistas del Danubio y del paisaje bávaro valen totalmente la pena.

Semana 5

Día 30. Regensburg

Hoy hemos ido a Regensburg, que es una ciudad muy conocida por aquí que nos habían recomendado. Es bonita, aunque no tiene tantos monumentos interesantes.

Lo más importante es la catedral, que es enorme y se ve desde cualquier parte de la ciudad. También pasa por ahí el Danubio y hay unos pocos sitios de interés menos llamativos.

Además, fuimos a ver el Walhalla, que está a las afueras, pensando que era de mitología nórdica. Pero no tiene nada que ver. Fue construido por el rey Ludwig I como un templo para honrar a famosos alemanes que le gustaban a él, retratándolos como si fueran dioses, y de ahí el diseño. Y dentro hay esculturas de Mozart, Bach, Einstein…

Y una tienda que me ha parecido muy guay es el «Dackelmuseum», que es el museo del perro salchicha. Pero en realidad es una tienda pequeñita llena de objetos y accesorios de todo tipo con dibujos y formas de perros salchicha. Me ha hecho mucha gracia, aunque estaba lleno de gente.

Semana 4 (parte 2)

Día 25. Mittenwald

Ayer fuimos a los Alpes, a un pueblo llamado Mittenwald, cerca de la frontera con Austria. Y, la verdad, nunca había visto nada parecido. Tuvimos suerte, porque había más de un metro de nieve, el cielo estaba despejado y el paisaje era inmenso… Todo lleno de montañas nevadas enormes y muy poca gente.

Después de morirnos de frío en la nieve fuimos a un bar con mirador a comer Apfelstrudel mirando las vistas. El Apfelstrudel es otro de esos postres típicos de Austria, que es pastel de manzana servido con helado y nata. Hasta ahora de los mejores postres que he probado.

Por otro lado, ayer se me olvidó mencionar una cosa que me pareció curiosa de los semáforos en Austria. En Salzburgo, los semáforos para peatones se ponen en verde y te dejan apenas 5 segundos para cruzar antes de ponerse en rojo, así que hay que darse prisa. Es algo que nunca había visto y me ha hecho gracia lo absurdo que es. Tened cuidado si vais a Salzburgo…

Un recuerdo inolvidable en Mittenwald

Uno de los días más especiales del viaje hasta ahora fue cuando fuimos a Mittenwald, un pueblito alpino al sur de Alemania, muy cerca de la frontera con Austria. Es un lugar que parece sacado de una postal, rodeado de montañas y súper tranquilo.

Pero lo más increíble de todo es que conocí la nieve por primera vez. Subimos en un teleférico hasta la cumbre de una montaña, y arriba todo estaba cubierto de nieve, el paisaje era simplemente impresionante.

Desde la cima se podían ver los Alpes a lo lejos y varios pueblitos pequeños entre las montañas. Subimos un poco caminando por la nieve (sin tener equipo de expertos a comparación de la gente que va allí) y mientras disfrutábamos de las vistas, unos pájaros se nos acercaron. Eran súper amigables, no tenían miedo y hasta parecía que querían que los alimentáramos. Fue muy bonito ese momento.

Después de bajar, nos sentamos en una terracita con una vista brutal y tomamos una cerveza Radler (mezcla de cerveza con limón, muy típica por aquí) y un Apfelstrudel, que es un postre de manzana caliente con canela y azúcar glas, helado de vainilla y nata. Estaba buenísimo, sobre todo con el frío que hacía.

Fue un día perfecto, paisajes increíbles y mucha tranquilidad, al regresar a casa preparamos schnitzel con papas fritas, flan y arroz con leche. Sin duda, uno de mis recuerdos favoritos hasta ahora.