Semana 11 (parte 2)

Día 69. Despedida del Instituto

Hoy nuestro grupo de becarios de informática organizamos una comida de despedida en el centro, ya que la semana que viene volvemos a Madrid. Y al comentarle esta idea al personal del centro, muchos compañeros quisieron ayudarnos y colaborar trayendo algo ellos también, como agradecimiento por estos meses juntos.

Y nos quedó una comida espectacular. Sobre todo había comida alemana y casera y estaba todo buenísimo.

Y esta misma tarde nuestros tutores de prácticas nos invitaron a cenar a un muy buen restaurante de comida bávara. Comí más que en toda mi vida, pero es imposible no hacerlo… La comida de aquí está demasiado buena.

Para cenar, me pedí un Schweinebraten, que es un plato típico de aquí y está de muerte, pero se me olvidó hacerle una foto… Aun así, sí que hice fotos del postre, que al final es lo más importante, ¿no?

Pedimos un Apfelstrudel con salsa de vainilla caliente y unos Apfelküchle, que son aros de manzana rebozados.

Semana 11

Día 67. Ulm

Hoy hicimos un viaje a Ulm, una ciudad entre Múnich y Stuttgart que nos recomendó una compañera de trabajo. Es bastante tranquila y muy bonita. Su principal atractivo es su catedral, que es la más alta del mundo, con 162m.

Catedral de Ulm

Aparte de esto, no tiene grandes monumentos, pero sus calles son muy verdes y bien cuidadas, y eso le da su encanto. De hecho, hay un mirador altísimo cerca del río Danubio, que pasa por la ciudad, y las vistas del río son preciosas.

Visitamos el barrio de los pescadores, que recuerda un poco a Venecia porque el río pasa justo entre las casas.

También hay algunos edificios curiosos y con historia que merece la pena ver y alguna estatua interesante, como la de Einstein, que nació en esta ciudad.

Ayuntamiento de Ulm
Torre del Carnicero
Estatua de Einstein

Semana 10 (parte 2)

Día 66. Augsburgo

Esta mañana nos levantamos temprano para visitar Augsburgo, que es una ciudad muy cercana a Múnich. Sabíamos que no es de especial interés turístico, pero fuimos de todas formas. No tiene nada especial, pero las calles son bonitas y me gustó el ambiente. Tiene un ambiente tranquilo, casi de pueblo en algunas zonas, con casas bajas y calles calmadas, pero también hay calles muy concurridas cerca del centro.

Basílica de San Ulrico y Santa Afra
Ayuntamiento de Augsburgo
Iglesia de Santa Anna
Rotes Tor
Estatua de Hans Jakob Fugger

Otra cosa que ver en Augsburgo son sus tres fuentes famosas, en la calle principal. Son muy bonitas y están llenas de detalles y estatuas muy curiosas.

Fuente de Augusto
Fuente de Hércules
Fuente de Mercurio

CRÓNICAS DEL CAOS: AVENTURA ERASMUS EN ALEMANIA 🇩🇪 ✨😝

Ahora me apetece contaros una recopilación de momentos surrealistas, risas descontroladas, y alguna que otra lágrima en nuestra experiencia Erasmus que hemos vivido con mi compañera. Spoiler: sí, nos “perdimos”mil veces.

🧃 La bolsa rota y la fuerza estilo Sinaloa

Antes incluso de empezar las prácticas, ya estábamos en modo supervivencia. Una tarde salimos a hacer la compra, muy motivadas… hasta que se nos rompió la bolsa.

Íbamos cargadas con comida, productos del hogar y cosas que no necesitábamos pero que compramos igual (porque claro, “por si acaso”). Acabamos cargándolo todo como guerreras, canalizando la fuerza de Sinaloa (porque realmente tampoco es que pesará mucho jeje) por las calles alemanas. Sudando, riéndonos y sufriendo. Un show.

📱 Primer día de prácticas: móvil perdido y denuncia incluida

Literalmente el primer día de prácticas, mi compañera perdió el móvil. Pensamos que no iba a aparecer. Empezamos a buscar como locas, nos estresamos y acabamos poniendo una denuncia.

Pero lo más gracioso es que el móvil ya estaba medio muerto desde antes. Joe decía: “Ese móvil ya pedía un cambiazo”. Al final lo tomamos con humor… más o menos 😅.

🚌 La parada de bus fantasma

Un día estuvimos más de media hora buscando una parada de bus que no aparecía por ningún lado. Dimos vueltas, entramos en modo desesperación y al final nos fuimos por otra ruta.

Lo más fuerte es que otro día sí que encontramos la dichosa parada… ¡pero cogimos el bus en la dirección contraria! Otra caminata épica. Lo nuestro no es la orientación, está claro.

🤫 Nos echan por hablar mucho (y alto)

Nos ha pasado varias veces: nos han echado de sitios por hablar demasiado alto o quedarnos mucho tiempo sin movernos. Una vez en una cafetería nos preguntaron si “íbamos a seguir o ya habíamos terminado”.

Nosotras, con todo el drama: “No hemos terminado de comer todavía.” 😂

😠 Racismo en el transporte

No todo ha sido risa. Hubo un día en que no me dejaron subir al bus, sin razón aparente. El conductor fue agresivo, y me habló mal. Fue un momento desagradable que me dejó pensando.

Por suerte, también hemos conocido conductores amables, simpáticos y que hacen su trabajo con gusto. Todo depende de la persona.

💤 Dormir en estaciones y viajes locos

Como buenas trotamundas, hemos dormido en estaciones más de una vez por viajar por la noche. Frankfurt, Colonia… lo que sea con tal de ahorrar tiempo y vivir experiencias. Aunque luego volvíamos como zombies, eso sí.

Y por supuesto, bailar y cantar por la calle como si el mundo fuese nuestro escenario. Porque si nadie nos conoce, ¿por qué tener vergüenza?

👣 El kebab de las 3 horas y descalzas por la calle

Una de nuestras mejores (y peores) aventuras fue salir a por un kebab a 10 minutos de casa. Fácil, ¿no? Pues no. Nos pusimos a hablar, nos equivocamos de dirección… y tardamos 3 horas en volver.

Lo peor es que siempre decimos en broma: “¿Te imaginas que pasa esto?”. Y pasa. Siempre pasa.

Ah, y sí: una vez también volvimos a casa descalzas. Ya sin vergüenza, sin dignidad, solo con risas.

¡Claro! Aquí tienes el mensaje final con un tono reflexivo y emotivo, que cierra con fuerza y sentido la entrada del blog:

🌟 Reflexión final

A veces la vida no sale como la planeas, y eso es exactamente lo que la hace inolvidable. Este Erasmus nos ha enseñado que perderse también es parte del viaje, que reír en medio del caos es una forma de resistencia, y que hasta los momentos incómodos se transforman en anécdotas que un día contarás con una sonrisa.

Hemos aprendido a soltar el control, a confiar, a improvisar, a caer y a levantarnos, a compartir silencios y carcajadas, y sobre todo, a vivir sin miedo al ridículo. Porque al final, lo importante no es si el bus va en la dirección correcta, sino con quién te subes.

Y aunque todo haya sido un caos… ha sido nuestro caos, lo llevamos en el corazón y lo volveríamos a vivir todo otra vez.

Nunca te olvides de:

NUNCA DEJES DE VIVIR POR MIEDO A LO QUE PIENSEN LOS DEMÁS. ❤️

DÍAS GRISES A MOMENTOS DULCES🌤️🍫

La semana del 12 al 18 de mayo, empezó con bajón. Yo pensé que lo mío era solo un pequeño resfriado… pero resultó ser el resfriadón del siglo. De esos que te dejan sin fuerzas ni ganas de moverte. Aun así, como no soy de rendirme fácil, seguí yendo a la escuela (aunque mis ánimos no estaban precisamente al 100%).

Por suerte, la semana en la escuela fue muy bonita. Éramos poquitos, pero los niños estaban súper contentos, cariñosos y con ganas de seguir con sus rutinas. Eso me dio energía, aunque por dentro estaba en modo zombie.

Entre semana no hice gran cosa porque no me sentía bien, pero mi compañera fue un apoyo enorme. Me cuidó, me mimó y me hizo sentir que no estaba sola y como si el destino estuviera sincronizado… ¡después le tocó a ella ponerse mala! 😩 Le empezaron a doler las muelas del juicio, así que entre las dos hicimos un “combo Erasmus” de virus y dolor. Pero sobrevivimos.

Ella aprovechó para visitar a su prima y yo me quedé en Colonia. Aproveché para decorar los regalos que vamos a dar a nuestros niños de la escuela, ponerles detalles, mensajes bonitos… Me puse muy reflexiva ese viernes, pensando en lo rápido que pasa todo y en lo bonito que es dejar una huella.

El sábado, ¡todo cambió de energía! Salí a comer con una compañera del trabajo y después fuimos a un parque donde pensábamos que había un concierto. Lo que encontramos fue algo diferente: un parque enorme con varios escenarios y DJs desconocidos pero con muy buen ambiente.

Y ahí pasó lo más inesperado: ¡me encontré con mi ex directora de la escuela infantil! Literalmente, en mitad del parque. Qué pequeño es el mundo. Estuvimos un rato con su familia charlando, poniéndonos al día… Fue uno de esos encuentros que te sacan una sonrisa.

Después, fuimos al mini concierto y conocimos a una chica súper maja con la que estuvimos socializando. Poco a poco el ambiente se convirtió en una fiesta con música de todo tipo y fue muy divertido ver cómo los alemanes se soltaron y disfrutaban a su manera. Había una mezcla muy guay de culturas y estilos.

Nuestra idea era salir de fiesta esa noche, pero cuando llegamos a casa a las 11 para cambiarnos… digamos que el sofá y los juegos de mesa ganaron la batalla. 😅 Nos pusimos a hablar, reír, jugar, y cuando nos dimos cuenta, se nos fue la madrugada. Y al final, esas charlas a deshoras valen más que cualquier discoteca.

El domingo empezó con un desayuno tranquilo y después… ¡planazo en Colonia! Aprovechando que era el día de los museos, y se supone que son gratis las entradas. Fuimos al famoso Museo del Chocolate Lindt, donde aprendimos sobre el proceso del cacao, probamos un poquito de dulce (obvio 😋), y nos dejamos llevar por el aroma de felicidad que hay ahí dentro.


Después paseamos por el centro, disfrutamos del ambiente, comimos rico y simplemente vivimos el día con calma, cosa que a veces también se agradece. Fue un cierre perfecto para una semana intensa, pero llena de momentos especiales.

No todas las semanas son perfectas, y está bien. Esta empezó cuesta arriba entre virus, muelas y cansancio. Pero también nos regaló momentos de cuidado, ternura, risas, encuentros inesperados y planes bonitos. Y al final, eso es lo que queda lo que compartimos, lo que sentimos, y todo lo que nos llevamos en el corazón.

Semana 10

Día 63.

Hoy hicimos uno de nuestros mayores logros en el instituto donde estamos haciendo las prácticas. Hemos reorganizado por completo el rack. Quitamos todos los cables innecesarios, eliminamos los que no hacían nada y sustituimos algunos cables larguísimos que solo estorbaban. Después de semanas posponiendo esta tarea ahora está todo limpio, ordenado y funcional.

Día 64. Nymphenburg

Hoy fuimos a Nymphenburg, que es el palacio que usaban los reyes de Baviera como su residencia de verano. Ya os he hablado de este palacio, porque habíamos estado por fuera, pero esta vez entramos por fin, y encima hacía mejor tiempo. Por dentro es muy bonito, con muchos detalles dorados, cuadros, frescos en el techo… Y los jardines son enormes, con ríos, estanques, cascadas y animales. Además, entramos gratis por ser estudiantes, como casi en todos los museos de aquí.

Se habla mucho de Ludwig II, porque fue él quien construyó gran parte de los edificios del palacio. Le gustaban mucho los caballos, por lo que se ve, y en uno de los edificios del jardín hay una sala con cuadros de varios de sus caballos. A mí en especial me llamó la atención uno de ellos, que resulta ser el más famoso, que se llama Cosa-Rara. Menudo nombre, pobrecillo…

Día 65. Deutsches Museum

Hoy fuimos al Deutsches Museum, que es un museo de ciencias y tecnología muy grande y famoso. La verdad es que está bien, pero no pudimos verlo todo porque cierra súper temprano.

Lo que vimos me pareció interesante, aunque, personalmente, leer tantas explicaciones en inglés y con conceptos científicos me agota… Así que solo me he quedado con las cosas que realmente me han llamado la atención.

Parada en Dresden después de Berlín

Al regresar de Berlín, hicimos una parada en Dresden antes de volver a Múnich. La verdad es que fue una muy buena decisión, porque la ciudad nos sorprendió bastante.

Aunque no teníamos tanto tiempo, recorrimos las partes más importantes del centro histórico, que está reconstruido casi por completo después de haber sido destruido en la Segunda Guerra Mundial. Empezamos por la famosa Frauenkirche, una iglesia enorme y preciosa con una cúpula impresionante. Me gustó mucho porque por dentro es muy luminosa y está súper bien conservada.

Después pasamos por el Zwinger, un antiguo palacio barroco que ahora es un complejo de museos. Solo lo vimos por fuera porque no nos daba el tiempo, pero la arquitectura es espectacular, con jardines, estatuas y fuentes.

También caminamos por la Terraza de Brühl, que tiene vistas al río Elba y conecta varios puntos turísticos de la ciudad. Desde ahí se ve el conjunto de edificios barrocos que hace que el centro de Dresden parezca sacado de una postal.

Antes de irnos, nos acercamos al Fürstenzug, un mural gigante hecho de azulejos de porcelana de Meissen que muestra la procesión de los antiguos reyes y duques de Sajonia. Es uno de los murales más grandes del mundo y está justo en una de las calles principales del casco antiguo.

Aunque fue solo una parada corta, me alegro mucho de haber pasado por Dresden. Es una ciudad con mucha historia, edificios impresionantes y un ambiente tranquilo que contrasta bastante con Berlín.

Un finde en Berlín en regionales

Nos fuimos a Berlín desde Múnich usando trenes regionales con el Deutschlandticket. El viaje fue largo (unas 8 horas). Al llegar, salimos directamente de la estación principal (Hauptbahnhof) y caminamos hasta el Reichstag, el edificio del Parlamento Alemán, que por fuera es impresionante con su cúpula de vidrio. No entramos porque hay que reservar con antelación, pero igual fue genial verlo.

Después nos dedicamos a recorrer Berlín caminando y en transporte público. Fuimos al famoso Brandenburger Tor, el Memorial del Holocausto, y al Checkpoint Charlie. También vimos el edificio de la Filarmónica y caminamos por varias plazas importantes como la Potsdamer Platz y Alexanderplatz, donde está la torre de televisión (la famosa Fernsehturm), que se ve desde casi toda la ciudad.

Al día siguiente fuimos al East Side Gallery, la parte más larga del muro de Berlín que aún se conserva y está cubierta con grafitis y arte urbano.

También pasamos por la Berliner Dom, la catedral de Berlín, que es enorme y muy bonita por dentro y por fuera. Paseamos por la Isla de los Museos, donde se concentran varios de los museos más importantes de la ciudad, como el Museo de Pérgamo y el Altes Museum.

Semana 9

Día 57.

Esta semana no ha habido nada especial. Hoy hemos estado cambiando la pasta térmica de varios ordenadores que iban muy lentos, así que nos pasamos el día entero con eso, además de crimpar un montón de cables, porque casi todos los del rack están defectuosos y hay que cambiarlos.

Día 58. Frühlingsfest

Hoy fuimos al Frühlingsfest, que es una feria enorme con atracciones, puestos de comida y mucha gente vestida con trajes bávaros. Es una de las fiestas de la cerveza de Alemania que se celebra sobre todo en Baviera. Como el Oktoberfest pero en menor medida. Aunque no bebimos cerveza ni nos montamos en ninguna atracción, que es todo carísimo.

Y de camino a la feria pasamos por una iglesia enorme y muy bonita que no sabíamos ni que existía, pero que es una de las más altas de Múnich, con 97m.

Iglesia de San Pablo

Día 60.

Hoy fue el cumpleaños de una compañera del trabajo y trajo un montón de comida y bebida que había preparado ella por completo. Nos llenamos todos con toda la comida que había en la mesa y me hizo ilusión que hubiera jamón y tortilla, que ya echaba de menos los platos españoles.

Cine latino 📽️🎎

Del 5 al 11 de mayo fue una semana de esas más tranquilas, donde todo fluye sin mucho estrés. En la escuela estuvimos trabajando bastante en el proyecto, avanzando poco a poco y organizando ideas.

El viernes, después de la jornada, salimos con dos compañeras de la escuela a dar un paseo por la ciudad. Aprovechamos para tomar un helado, porque el clima ya empieza a invitar a cosas frías. Luego fuimos a un centro cultural latinoamericano, donde proyectaban una película colombiana basada en las guerrillas y el mandato militar. Fue intensa y muy buena, de esas que te hacen pensar.

Después del cine, como ya teníamos hambre, decidimos ir al famoso Kebapland de Köln, del que todo el mundo habla (¡y con razón!). Siempre hay cola, pero esta vez nos armamos de paciencia y valió totalmente la pena. La carne estaba buenísima, 100% recomendable. Terminamos la noche cenando en casa de nuestra compañera, charlando y riéndonos como siempre.

El finde también fue relajado. El sábado salimos a seguir explorando la ciudad a pie, descubriendo rincones y callecitas nuevas. Para comer fuimos a un buffet asiático que nos recordó mucho a los de España (sí, esos de todo lo que puedas comer jaja). La tarde la pasamos entre caminatas y algunas compras improvisadas.

Y el domingo tocó ponerse al día: hacer mandados, recoger cosas en casa y adelantar tareas del proyecto.

Una semana tranquila pero muy bonita, con pequeños momentos que hacen que esta experiencia Erasmus siga sumando recuerdos inolvidables.