Ahora me apetece contaros una recopilación de momentos surrealistas, risas descontroladas, y alguna que otra lágrima en nuestra experiencia Erasmus que hemos vivido con mi compañera. Spoiler: sí, nos “perdimos”mil veces.
🧃 La bolsa rota y la fuerza estilo Sinaloa
Antes incluso de empezar las prácticas, ya estábamos en modo supervivencia. Una tarde salimos a hacer la compra, muy motivadas… hasta que se nos rompió la bolsa.
Íbamos cargadas con comida, productos del hogar y cosas que no necesitábamos pero que compramos igual (porque claro, “por si acaso”). Acabamos cargándolo todo como guerreras, canalizando la fuerza de Sinaloa (porque realmente tampoco es que pesará mucho jeje) por las calles alemanas. Sudando, riéndonos y sufriendo. Un show.
📱 Primer día de prácticas: móvil perdido y denuncia incluida
Literalmente el primer día de prácticas, mi compañera perdió el móvil. Pensamos que no iba a aparecer. Empezamos a buscar como locas, nos estresamos y acabamos poniendo una denuncia.
Pero lo más gracioso es que el móvil ya estaba medio muerto desde antes. Joe decía: “Ese móvil ya pedía un cambiazo”. Al final lo tomamos con humor… más o menos 😅.
🚌 La parada de bus fantasma
Un día estuvimos más de media hora buscando una parada de bus que no aparecía por ningún lado. Dimos vueltas, entramos en modo desesperación y al final nos fuimos por otra ruta.
Lo más fuerte es que otro día sí que encontramos la dichosa parada… ¡pero cogimos el bus en la dirección contraria! Otra caminata épica. Lo nuestro no es la orientación, está claro.
🤫 Nos echan por hablar mucho (y alto)
Nos ha pasado varias veces: nos han echado de sitios por hablar demasiado alto o quedarnos mucho tiempo sin movernos. Una vez en una cafetería nos preguntaron si “íbamos a seguir o ya habíamos terminado”.
Nosotras, con todo el drama: “No hemos terminado de comer todavía.” 😂
😠 Racismo en el transporte
No todo ha sido risa. Hubo un día en que no me dejaron subir al bus, sin razón aparente. El conductor fue agresivo, y me habló mal. Fue un momento desagradable que me dejó pensando.
Por suerte, también hemos conocido conductores amables, simpáticos y que hacen su trabajo con gusto. Todo depende de la persona.
💤 Dormir en estaciones y viajes locos
Como buenas trotamundas, hemos dormido en estaciones más de una vez por viajar por la noche. Frankfurt, Colonia… lo que sea con tal de ahorrar tiempo y vivir experiencias. Aunque luego volvíamos como zombies, eso sí.
Y por supuesto, bailar y cantar por la calle como si el mundo fuese nuestro escenario. Porque si nadie nos conoce, ¿por qué tener vergüenza?
👣 El kebab de las 3 horas y descalzas por la calle
Una de nuestras mejores (y peores) aventuras fue salir a por un kebab a 10 minutos de casa. Fácil, ¿no? Pues no. Nos pusimos a hablar, nos equivocamos de dirección… y tardamos 3 horas en volver.
Lo peor es que siempre decimos en broma: “¿Te imaginas que pasa esto?”. Y pasa. Siempre pasa.
Ah, y sí: una vez también volvimos a casa descalzas. Ya sin vergüenza, sin dignidad, solo con risas.
¡Claro! Aquí tienes el mensaje final con un tono reflexivo y emotivo, que cierra con fuerza y sentido la entrada del blog:
🌟 Reflexión final
A veces la vida no sale como la planeas, y eso es exactamente lo que la hace inolvidable. Este Erasmus nos ha enseñado que perderse también es parte del viaje, que reír en medio del caos es una forma de resistencia, y que hasta los momentos incómodos se transforman en anécdotas que un día contarás con una sonrisa.
Hemos aprendido a soltar el control, a confiar, a improvisar, a caer y a levantarnos, a compartir silencios y carcajadas, y sobre todo, a vivir sin miedo al ridículo. Porque al final, lo importante no es si el bus va en la dirección correcta, sino con quién te subes.
Y aunque todo haya sido un caos… ha sido nuestro caos, lo llevamos en el corazón y lo volveríamos a vivir todo otra vez.
Nunca te olvides de:
NUNCA DEJES DE VIVIR POR MIEDO A LO QUE PIENSEN LOS DEMÁS. ❤️