¡Hola de nuevo!
Tercer y penúltimo día del programa de la visita al Helsinki Vocational College. Hoy hemos visitado, cómo no, un campus diferente: el número 1.
La mayor parte de la mañana la hemos dedicado a que intenten mostrarnos, de la forma más detallada posible, el sistema de planes enseñanza individualizados que tienen por cada alumno (ellos lo llaman HOKS). En resumen, los profesores tienen que reunirse varias veces al año con todos y cada uno de sus alumnos para decidir qué competencias ya tienen adquiridas, qué competencias les quedan por adquirir y a qué ritmo quieren o pueden hacerlo.
Esto significa que, en realidad, no existen los grupos de enseñanza, sino que todos y cada uno de los alumnos tiene un propio plan de enseñanza flexible que se adapta a su ritmo y sus necesidades. Hay algunos que pueden acabar las enseñanzas en año y medio, otros en tres (que es lo normal) y otros en más tiempo.
Por supuesto, esto también implica una sobrecarga de trabajo por parte de los profesores que, aunque defienden este sistema, no están especialmente contentos con el cambio que ha supuesto en su forma de trabajar desde que entró en vigor en 2018. Para colmo, los alumnos pueden matricularse en cualquier momento del año, por lo que cada dos semanas están recibiendo alumnos nuevos. ¡Qué diríamos los profesores en España si nos propusieran algo así!
El resto de la mañana lo hemos dedicado a aprender sobre los cursos preparatorios. Es un modelo educativo muy interesante, que no tenemos en España, por el que los alumnos que tienen dificultades para empezar un grado (especialmente por no dominar el idioma) hacen un curso básico inicial para ponerse al día y poder comenzar sus enseñanzas completamente preparados. Además, si no son capaces de graduarse en este curso preparatorio existen títulos especiales con los que pueden acceder al mercado laboral unos años antes de volver a estudiar, con unas condiciones de trabajo y salario muy dignas.
Tras terminar en el campus, hemos dedicado la tarde a visitar la isla de Suommenlina, un paraje natural muy cerca del puesto de Helsinki cuya fortaleza es el único monumento finlandés patrimonio de la Unesco. Desde luego, es un sitio muy agradable por el que pasear con este tiempo “veraniego”, especialmente ahora que es temporada de cría de los gansos que habitan allí. ¡Merece la pena verlo!
Hoy ha tocado probar la carne de reno, preparada de varias formas distintas y aunque está bastante buena, si os dan a elegir quedaos siempre con la sopa de salmón. ¡Nunca podréis tomar suficiente!
¡Hasta mañana!