Hola de nuevo!
Esta semana en la farmacia fue durilla, el traducir todo lo que me dicen en portugués al español y luego comprenderlo para hacer correctamente las tareas que me mandaron es algo complicado y muuuy cansado, aunque ya voy sabiendo decir alguna que otra cosilla simple. Respecto al trabajo en la farmacia, no fue excesivo, diría que lo normal para alguien que no sabe el idioma.
Otra cara del Erasmus es el sentimiento de soledad ya que veía a mis amigas y familiares de España salir y pasárselo bien mientras yo estoy en la residencia viendo pasar el tiempo. Lo bueno es que tenemos un gimnasio bastante decente en la residencia y ahí paso mi tiempo libre, es como un método para liberar estrés y no sentirme tan sola.
Lo de hacerme yo las comidas está siendo más fácil de lo que me esperaba. Lo difícil de cocinar no es cocinar es saber qué cocinar con lo poco que tienes en la nevera, eso sí se me está complicando un poco más, es un mini reto. Y el orden… Eso también está siendo un reto, pero creo que voy mejorando en ese aspecto. Siento que el vivir sola te hace ver las cosas con otros ojos.
Estos días ha llovido un poco y no pude hacer mucho turismo, aunque en un momento que dejó de llover vi la Capilla de las Almas que está llena de azulejos azules que representan motivos bíblicos y pasé por el puente de Luis I.