Mi primera impresión mientras estábamos llegando era que el pueblo iba a ser empinado, quizá sería por el sinuoso y desnivelado camino hasta el pueblo.
Unos chicos húngaros nos recibieron amablemente y nos dieron instrucciones (demasiadas) sobre la casa. Por desgracia, su grado de limpieza no estaba al nivel de su grado de amabilidad. Por otra parte Darmil (nuestro otro compañero de piso) ha sido bastante cauteloso con la limpieza y las instrucciones.
Por otra parte la gente en la oficina nos ha tratado bien, sin demasiada cercanía. Sí han habido varias personas que me han caído bastante bien, una de ellas Ju, y otra Patrycja.
Por ahora Nixon y yo nos estamos apañando bastante bien y el pueblo es bonito.