¡Hola a todos! Aquí estoy con una entrada más en el blog. Ya ha pasado casi una semana desde que llegué y he estado los primeros días de prácticas en la farmacia.
Tengo que admitir que el tiempo no ha sido muy agradable estos días. Los propios vecinos me lo decían, que no era normal que a finales de marzo estuviera lloviendo tantísimo (aquí dicen que llueven patas de silla, no me preguntéis por qué). La peor noche para mí fue una en la que, al volver a mi apartamento, llegué con las zapatillas encharcadas, el paraguas lo tenía de adorno por el viento que hacía, tenía la otra mano ocupada con una bolsa (acababa de comprar queso feta, qué rico está eso) por lo que no podía coger las llaves, y para colmo, la verja del edificio se había quedado atascada y no podía entrar. Por suerte, llegó un vecino que sí pudo abrirla. Solo tuve que estar bajo la intemperie 15 minutos, pudo haber sido peor.
El lunes de esta semana, aprovechando que aún no llovía tanto y solo hacía viento, mi compañera Natalia y yo fuimos a la capital, Heraclión. Visitamos el antiguo puerto veneciano, fundado en el siglo XVI, y el castillo. Pero viendo la cantidad de viento que hacía… No pudimos ver mucho más. Nos familiarizamos con la capital y con los autobuses para llegar hasta allí.
Respecto a las prácticas, no ha dado tiempo todavía a hacer gran cosa. Aunque tengo cierta noción de griego (lo suficiente para leer los medicamentos y los principios activos y no perderme mucho), no puedo hacer mucho trabajo de oficina de farmacia al no hablar griego. Pero espero que en cuanto pasen los días, vaya a mejor.
En la próxima entrada hablaré sobre el día nacional de Grecia y la celebración que han hecho en Heraclión. Fui esta misma mañana, así que no tardaré en escribirlo.
Γεια σας!