Del 5 al 11 de mayo fue una semana de esas más tranquilas, donde todo fluye sin mucho estrés. En la escuela estuvimos trabajando bastante en el proyecto, avanzando poco a poco y organizando ideas.
El viernes, después de la jornada, salimos con dos compañeras de la escuela a dar un paseo por la ciudad. Aprovechamos para tomar un helado, porque el clima ya empieza a invitar a cosas frías. Luego fuimos a un centro cultural latinoamericano, donde proyectaban una película colombiana basada en las guerrillas y el mandato militar. Fue intensa y muy buena, de esas que te hacen pensar.
Después del cine, como ya teníamos hambre, decidimos ir al famoso Kebapland de Köln, del que todo el mundo habla (¡y con razón!). Siempre hay cola, pero esta vez nos armamos de paciencia y valió totalmente la pena. La carne estaba buenísima, 100% recomendable. Terminamos la noche cenando en casa de nuestra compañera, charlando y riéndonos como siempre.
El finde también fue relajado. El sábado salimos a seguir explorando la ciudad a pie, descubriendo rincones y callecitas nuevas. Para comer fuimos a un buffet asiático que nos recordó mucho a los de España (sí, esos de todo lo que puedas comer jaja). La tarde la pasamos entre caminatas y algunas compras improvisadas.
Y el domingo tocó ponerse al día: hacer mandados, recoger cosas en casa y adelantar tareas del proyecto.
Una semana tranquila pero muy bonita, con pequeños momentos que hacen que esta experiencia Erasmus siga sumando recuerdos inolvidables.


