Parada en Dresden después de Berlín

Al regresar de Berlín, hicimos una parada en Dresden antes de volver a Múnich. La verdad es que fue una muy buena decisión, porque la ciudad nos sorprendió bastante.

Aunque no teníamos tanto tiempo, recorrimos las partes más importantes del centro histórico, que está reconstruido casi por completo después de haber sido destruido en la Segunda Guerra Mundial. Empezamos por la famosa Frauenkirche, una iglesia enorme y preciosa con una cúpula impresionante. Me gustó mucho porque por dentro es muy luminosa y está súper bien conservada.

Después pasamos por el Zwinger, un antiguo palacio barroco que ahora es un complejo de museos. Solo lo vimos por fuera porque no nos daba el tiempo, pero la arquitectura es espectacular, con jardines, estatuas y fuentes.

También caminamos por la Terraza de Brühl, que tiene vistas al río Elba y conecta varios puntos turísticos de la ciudad. Desde ahí se ve el conjunto de edificios barrocos que hace que el centro de Dresden parezca sacado de una postal.

Antes de irnos, nos acercamos al Fürstenzug, un mural gigante hecho de azulejos de porcelana de Meissen que muestra la procesión de los antiguos reyes y duques de Sajonia. Es uno de los murales más grandes del mundo y está justo en una de las calles principales del casco antiguo.

Aunque fue solo una parada corta, me alegro mucho de haber pasado por Dresden. Es una ciudad con mucha historia, edificios impresionantes y un ambiente tranquilo que contrasta bastante con Berlín.

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