Semana 8. Dresde

Día 51. Dresde

Después de Berlín fuimos a Dresde, que nos pillaba de camino para volver, así que habríamos pasado de todas formas. Dicen que es una de las ciudades más bonitas de Alemania, y la verdad es que sí, es preciosa. Tiene mucho encanto, arquitectónicamente es muy estética y hasta los edificios normales tienen muchos detalles.

Tuvimos mala suerte y nos llovió mucho. Hay ciudades que con lluvia se vuelven tristes, apagadas y te dan ganas de irte, pero Dresde es todo lo contrario. Incluso bajo la lluvia sigue siendo preciosa, y diría que hasta gana puntos. Además, algunas fotos me han salido con un filtro natural que me gusta mucho.

Plaza del Castillo
Vistas de la Terraza de Brühl
Parlamento Sajón
Museo Albertinum
Ópera Semper
Kronentor Palacio Zwinger
Palacio de Dresde

Lo especial de Dresde es que también quedó devastada durante la Segunda Guerra Mundial y se tuvo que reconstruir casi entera. Sin embargo, en mi opinión, fue reconstruida mejor que Berlín.

Por ejemplo, la Frauenkirche, que es una iglesia de 1743, quedó completamente destruida por los bombardeos. Y después de la guerra, en 1994, la reconstruyeron exactamente igual a como era antes. Ahora se ve mucho más clara que si fuera la original, pero es curioso ver un diseño tan antiguo en una construcción tan reciente. Además, delante han dejado un fragmento de su versión original como recuerdo.

Otra cosa que vimos fue el Desfile de los Príncipes, que es un mural de 100 metros hecho con miles de azulejos de porcelana. Por esto, dicen que es el mosaico de porcelana más grande del mundo.

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