Día 38. Mañana de Domingo de Pascua en Bratislava
El domingo de madrugada, sobre las 4 de la mañana, llegamos a Viena desde Praga. Planeábamos emplear todo el día en visitar la ciudad, pero como era muy temprano decidimos coger un tren y pasar la mañana en Bratislava.
La verdad es que me sorprendió lo pequeña que es la ciudad. Me la imaginaba más grande, con más sitios interesantes, pero parece más un pueblo que una capital. La mayoría de los edificios son casas bajas y no había mucha gente, lo que le da un ambiente muy tranquilo, y eso me gusta.



No encontramos muchas cosas interesantes que ver, solo un par de catedrales y el castillo, pero no por eso me dejó de gustar. Tiene su encanto, es acogedora y la falta de turistas la hace muy tranquila. Además, te encuentras con muchas estatuas curiosas y secretos, un poco como Praga, pero en una versión más pequeña.




De camino al castillo nos encontramos con un local que me pareció súper curioso. Se llama Mackafe y es una cafetería con gatos. Están por ahí sueltos, te vienen, se te acurrucan… No llegamos a entrar, pero me habría encantado, además no había casi nadie dentro, así que el momento habría sido perfecto.
