El fin de semana pasado (30 de mayo a 1 de junio) decidimos hacer una escapada en coche a Ámsterdam y Bélgica. ¡Una auténtica maravilla! Pudimos conocer muchísimos lugares, pasear, disfrutar y desconectar un poco de todo. Fue el fin de semana perfecto antes de cerrar esta etapa.
Ya de vuelta en Colonia, empezamos nuestra última semana con una mezcla de emociones. Han sido días de subidas y bajadas, de nostalgia anticipada, de mirar atrás y darnos cuenta de todo lo vivido. En Vincerola nos sentimos como en casa, y el cariño que hemos recibido ha sido enorme. Nos convertimos en una pequeña familia.
También hubo mucho estrés, porque queríamos dejar todo perfecto. Preparamos con cariño unos regalos para las educadoras y para los niños y niñas con los que compartimos tantas experiencias.
El jueves era nuestra despedida, un día muy especial. Nos sorprendieron con regalos, nos dedicaron palabras preciosas y hasta escribieron en las pizarras para que las familias supieran que era nuestro último día. Fue emocionante ver cuánto nos valoraron y cómo nos hicieron sentir importantes.
Nos llevamos a Vincerola en el corazón. 💛
Después de eso, hicimos las maletas sin dejar de aprovechar cada momento que nos quedaba. Hoy es domingo, y ya nos toca volver a casa, a Madrid. Nuestra compañera nos ha acompañado al aeropuerto.
Y ahora que termina esta experiencia, solo podemos decir que cuando hay buena compañía, todo es más fácil, todo es más bonito, y todo sale mejor. Gracias a todas las personas que han formado parte de este camino. Erasmus no solo nos dio una experiencia profesional, sino también personal, única y transformadora.
Gracias Nazha.💜